¡Si me dejo la vida en la palabra, la palabra me devolverá a la vida!
Si bajáis la palabra a las cloacas, buscad el oro en ellas, evitad que las ratas la devoren.
Cada mirada sea una presencia, cada presencia una aparición, y cada paso me acerque a lo desconocido.
Las palabras acuden a mi tránsito desenganchadamente nuevas, ágiles, me libran del exilio que es vivir.
***
¿Para qué?
¿Mi vida ha sido esto? ¿Un cordero que lleva en su balar abrazos?
¿Un potro que va y viene? ¿Un toro que va, y va, embiste y vuelve? ¿La velocidad que va, y va, y se pierde? ¿Un caballo que va, y se va, y no vuelve? ¿Mi vida ha sido esto? ¿Para quién? ¿Una oveja fuera del rebaño, azuzada por el perro del trabajo? ¿Mi vida es ya ese torpe buey tan lento, este viejo tractor que no se pone en marcha?
Ángel Guinda
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