Que nadie quede sin nombrar
Todos tenemos un nombre
el que nos
ponen nuestros
padres
un nombre por el que nos llaman
un nombre por el que atendemos
los hermanos africanos
dejan su nombre
junto a sus padres
sus hermanos
sus amigos
sus amores
dejan su nombre
y
ya no lo recuperarán
ni siquiera
con la muerte
verde y de charol
en la playa de Tarajal
sólo
sé
que algunos se
llamaban
Larios,
Blasie.
Armand
o
Yves
que con esa extraña sensación
entre desesperados
e
ilusionados
querían una vida.
Les hemos regalado
una muerte
la más indigna
de las muertes
la muerte
de los inocentes
mientras
muchos
miran
para otro lado
se ponen de lado
algunos incluso
con desprecio.
Felipe Zapico
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