POETAS
Cuando yo era joven,
los poetas eran seres superiores
y los adoraba
como a dioses.
Recuerdo que asistía
a conferencias y recitales,
siempre desde la última fila,
y jamás me atreví
a acercarme a ninguno
ni a pedirle que me firmase
un libro.
En una ocasión
alguien se empeñó
en presentarme a Benedetti
tras una charla.
Él cogió mi mano
(no la estrechó,
la cogió entre las suyas)
y dijo
“qué nombre tan lindo tenés”.
Creo que fue la primera vez
que me enamoré.
los poetas eran seres superiores
y los adoraba
como a dioses.
Recuerdo que asistía
a conferencias y recitales,
siempre desde la última fila,
y jamás me atreví
a acercarme a ninguno
ni a pedirle que me firmase
un libro.
En una ocasión
alguien se empeñó
en presentarme a Benedetti
tras una charla.
Él cogió mi mano
(no la estrechó,
la cogió entre las suyas)
y dijo
“qué nombre tan lindo tenés”.
Creo que fue la primera vez
que me enamoré.
Ahora…
Resulta que muchos de ellos
son más jóvenes que yo,
y aunque no lo sean:
son inseguros,
fanfarrones,
cascarrabias,
mentirosos,
débiles,
tienen mujer e hijos
o novios
o prejuicios.
Tienen madre,
una casa en el pueblo,
beben,
se tiran pedos…
Sospecho,
incluso,
que alguno
es de derechas.
Resulta que muchos de ellos
son más jóvenes que yo,
y aunque no lo sean:
son inseguros,
fanfarrones,
cascarrabias,
mentirosos,
débiles,
tienen mujer e hijos
o novios
o prejuicios.
Tienen madre,
una casa en el pueblo,
beben,
se tiran pedos…
Sospecho,
incluso,
que alguno
es de derechas.
Son humanos.
Todavía
los adoro.
Todavía
los adoro.
Emma Cabal Sánchez.
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