¿Y tú qué
quieres ser de mayor?
Me
preguntaban a menudo
allá por los
setenta
los clientes
del bar de mi viejo
mientras
secaba vasos
y ordenaba
las tazas de café
encima de la
cafetera
Y les
contestaba que aún no lo sabía.
Pero desde
luego,
una mierda
como
pretenden
que seamos,
convertirnos
ahora,
ni me lo
imaginaba
ni lo pienso
consentir.
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