by Lisa Haney

jueves

Un poema inédito de EVA R. PICAZO

una mano sostiene un cigarro,
lo observas con la certeza
de que al final acabará contigo
pero lo hace lentamente,

y en silencio,

las distancias acaban rápido,
siempre hay un día
para sentirse ausente,
algún momento en tu locura
en el que deseas acercarlo todo,
destrozar las carreteras, sostener,
si fuera posible, las líneas blancas
con las dos manos, y tirar,
tirar hasta levantar los campos,
tirar y derribar las casas,
tirar hacia ti,

remando





Eva R. Picazo

sábado

Todo era amor, un poema de Oliverio Girondo


¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!

martes

QUE NADIE QUEDE SIN NOMBRAR, un poema de FELIPE ZAPICO


Que nadie quede sin nombrar




Todos tenemos un nombre

el que nos

ponen nuestros

padres

un nombre por el que nos llaman

un nombre por el que atendemos

los hermanos africanos

dejan su nombre

junto a sus padres

sus hermanos

sus amigos

sus amores

dejan su nombre

y

ya no lo recuperarán

ni siquiera

con la muerte

verde y de charol

en la playa de Tarajal

sólo


que algunos se

llamaban

Larios,

Blasie.

Armand

o

Yves

que con esa extraña sensación

entre desesperados

e

ilusionados

querían una vida.

Les hemos regalado

una muerte

la más indigna

de las muertes

la muerte

de los inocentes

mientras

muchos

miran

para otro lado

se ponen de lado

algunos incluso
con desprecio.



Felipe Zapico

lunes

Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha escrito. Poema de ELVIRA SASTRE

Cualquiera diría al verte
que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.
Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.
Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita las bragas
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.


Elvira Sastre

FIESTA, un poema de VICENT CAMPS

La parte antigua del pueblo
cada septiembre
huele a cera 

alguna gente
pregona 
su devoción 
colgando 
en los balcones 
sábanas 
con imágenes 
de la virgen 

otros 
salen del pueblo 
esos días 

o simplemente 
consumen 
las fiestas 
montadas 
para ellos 
desde el ayuntamiento 

a mi me gusta 
en esas fechas 
entrar 
en la calle de san Joaquín 

y ver 
allá al fondo 
tendidas 
en el balcón 

las camisetas 
de esport 
de mi padre 
oreándose 
al viento 

esa 
y no otra 
es 
mi mejor 
fiesta.



Vicent Camps