by Lisa Haney

martes

Un poema inédito de SONIA SAN ROMÁN

Por esta acera corría mi fantasma
bajo un paraguas y baldosas huecas
desfilaba la huella de unos pies que fueron,
de un pelo a trasquilones que hoy se cubre.
Mirar como si no reconociera
un ladrillo, un timbre,
un número 40,
aún las cifras de un teléfono tintineante,
tu edad, la de tu padre.
Las escaleras de un tercero.
Protección oficial. Yugo y las flechas.
Ochenta años subiendo a un tercer piso
como el lobo reincidente de Ferlosio.
El estraperlo, la abuela rapada.
Silencio.
Los oídos solo para John Wayne.
La friselina del Che en un pasillo estrecho,
la grasa en las paredes.
En mi costado
palpitaban rabiosas las cicatrices antiguas.
Sería la lluvia.
No hablo de nosotros.
¿Quiénes fuimos nosotros?
Hablo del puñado de sombras
que colgaba de tu puerta
como la ropa reseca,
como el correo olvidado,
como las pieles curtidas de un taxidermista.


Sonia San Román

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