LA CORTEZA TERRESTRE un poema de Ángel Zapata.

 

Eso amargo que nos ata a lo inimaginable. El azul al que el público silba,
el azul que solloza ante los telones de la provisionalidad.
En el mundo hay ahora una gran cantidad de ventrílocuos confabulados
para hacer daño. Los sumisos se escupen en los muslos,
las plomadas se oxidan, los murciélagos hacen el tonto.
A la hora prevista, se levanta en lo interior un vuelo que conduce 

hasta la oscuridad germinativa.
Reinará la desgracia.
La Inteligencia que lo posee todo será multada porno cerrar los bares.

Mientras sea posible, maldigamos los nidos como aprendimos de Nuestro Salvador.